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Nosotros

Conócenos

SOMOS la Fundación Superación de la Pobreza

Nuestro programa SERVICIO PAÍS cumple 30 años como un espacio donde jóvenes, profesionales y técnicos, pueden desplegar su talento y compromiso social, transformando no solo sus propias vidas, sino también las de las comunidades que impactan.

CREEMOS

Firmemente que superar la pobreza es un desafío de equidad e integración social. El éxito de SERVICIO PAÍS radica en su modelo basado en la creación de vínculos de confianza con las comunidades con las que colabora, lo que permite elaborar un diagnóstico compartido de los problemas locales y la creación conjunta de soluciones pertinentes y lideradas por sus comunidades y los gobiernos locales.

CONTRIBUIMOS

A descentralizar el recurso profesional en el país, actuando como promotores de equidad, desarrollo local inclusivo y cohesión social. En estas 3 décadas SERVICIO PAÍS ha colaborado en el 80% de las comunas de Chile, gracias a la dedicación de más de 6 mil jóvenes profesionales.
Desde nuestros inicios, hemos trabajado en ALIANZA con el Estado de Chile y los municipios de las 16 regiones del país. Nuestro financiamiento proviene tanto de entidades privadas como de fondos públicos de los ministerios de Vivienda y Urbanismo y de Desarrollo Social y Familia.

CONVOCAMOS

A las nuevas generaciones de jóvenes a sumarse a esta causa, a convertirse en agentes de cambio y a contribuir al fortalecimiento de territorios y comunidades.

MISIÓN

Nuestra misión es promover mayores grados de equidad e integración social en el país que aseguren el desarrollo humano sustentable de las personas que hoy viven en situación de pobreza y exclusión social.

Un factor clave en la conformación de nuestra identidad estratégica ha sido la opción por convocar a jóvenes que se encuentran en plena formación profesional para participar en SERVICIO PAÍS como profesionales, practicantes, tesistas o voluntarios, aportando en calidad de agentes directos de intervención. Para ello, contamos con el apoyo del Estado de Chile, a través de la aprobación de parte de nuestro financiamiento en las leyes del Presupuesto de la Nación.

¿CÓMO COMPRENDEMOS LA POBREZA?

Para nuestra Fundación, la pobreza es un fenómeno social dinámico, heterogéneo y en constante evolución.

La pobreza va más allá de tener o no tener y también guarda relación con otras dimensiones existenciales que constituyen a las personas. Así, la pobreza también podría ser vivida y/o experimentada en una combinatoria de no tener lo necesario, no hacer, no ser, o no estar en el marco de una sociedad. 

𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗔𝗻𝗱𝗶𝗻𝗼: Su patrimonio se basa en la agricultura en terrazas, el riego por inundación, cultivos y semillas propias, y la ganadería camélida. Estas prácticas han dado origen a expresiones culturales como ceremonias, textiles, cocina y festividades. Además, su modo de vida incluye la movilidad y trashumancia, conectando a sus habitantes con pueblos indígenas de Perú, Bolivia y Argentina.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗦𝗲𝗰𝗮𝗻𝗼: El secano tiene una tradición agrícola centrada en cultivos cerealeros, viñateros y hortícolas, junto con actividades mineras y de crianza. Estas prácticas se desarrollan según un calendario de ritos y festividades ligadas al ciclo agrícola. Además, el territorio destaca por su rica diversidad de expresiones artesanales y artísticas.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗔𝗴𝗿𝗮𝗿𝗶𝗼: Su patrimonio biocultural del valle central se vincula a la producción hortofrutícola y la ganadería arriera. Hoy conviven la agroindustria y un campesinado que combina la agricultura de subsistencia con trabajos de temporada en packing y empresas del rubro.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗪𝗮𝗹𝗹𝗺𝗮𝗽𝘂: Los habitantes han desarrollado un valioso patrimonio biocultural basado en su relación con el entorno, reflejado en su cosmovisión, prácticas productivas, saberes medicinales, lengua y valores. Sin embargo, es uno de los territorios con mayores niveles de pobreza en el país.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗟𝗶𝘁𝗼𝗿𝗮𝗹-𝗶𝗻𝘀𝘂𝗹𝗮𝗿: El patrimonio biocultural del territorio incluye conocimientos del mar, técnicas de pesca, construcción de embarcaciones, gastronomía, festividades y formas particulares de habitar el territorio. Recientemente, se ha sumado la llegada de familias trabajadoras de la industria acuícola, pesca industrial y residentes por amenidad.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗣𝗮𝘁𝗮𝗴𝗼𝗻𝗶𝗮 𝗶𝗻𝘁𝗲𝗿𝗶𝗼𝗿: Este territorio se caracteriza por una identidad cultural propia, con comunidades como los colonos de subsistencia que practican ganadería, explotación maderera y horticultura, complementadas con trabajos temporales en estancias. También alberga pueblos indígenas como huilliches, tehuelches, kawésqar y yaganes, cuya presencia histórica ha sido constantemente invisibilizada.
𝗧𝗲𝗿𝗿𝗶𝘁𝗼𝗿𝗶𝗼 𝗯𝗶𝗼𝗰𝘂𝗹𝘁𝘂𝗿𝗮𝗹 𝗨𝗿𝗯𝗮𝗻𝗼: Estas comunidades urbanas enfrentan precariedad en el espacio público y privado, baja actividad económica, empleo informal y falta de oportunidades para los jóvenes, lo que genera exclusión y estigmatización. La población es diversa, incluyendo propietarios, arrendatarios, pobladores en toma, personas en situación de calle, migrantes y población indígena urbana.

Por ello sostenemos que la reducción de la pobreza en el país no pasa exclusivamente por un incremento circunstancial en los ingresos de las personas. Desde nuestra perspectiva, se requiere que nuestras políticas y la sociedad en su conjunto, también se preocupen de generar experiencias inclusivas y equitativas para las personas en situación de pobreza y vulnerabilidad, que les permitan identificar sus propios recursos para activarlos, movilizarlos, y conectarlos con nuevas oportunidades.

En esa dirección, hemos hecho una apuesta por transformar la mirada y concepción tradicional que se tiene sobre las personas, familias y comunidades que experimentan la pobreza, de modo que la sociedad desarrolle prácticas que favorezcan la promoción social, la construcción de una cultura solidaria, el respeto y la dignificación de las personas afectadas. Dicho cambio de mirada constituye uno de los mayores desafíos que tiene la sociedad chilena y forma parte del sustrato de cualquier proceso sistemático de reducción de la pobreza. 

La mirada integral de la Fundación también comprende una dimensión subjetiva, que considera cómo las personas viven y experimentan la pobreza, incluso cuando mejoran sus condiciones materiales. Esta parte muchas veces es invisible, pero es clave para entender el verdadero impacto de este flagelo.

Dada la complejidad del fenómeno de la pobreza, su comprensión y medición debe actualizarse permanentemente de tal forma que refleje los cambios sociales, económicos y culturales que experimenta Chile, e identifique con nitidez a aquellos sectores de la población que van quedando rezagados de los estándares de bienestar definidos.

CÓMO SE SUPERA LA POBREZA EN CHILE

La Fundación ha sostenido durante sus 30 años que la superación de la pobreza es un desafío de equidad e integración social. Pone énfasis en la promoción social, la construcción de una cultura solidaria y el respeto hacia las personas afectadas por la pobreza. Y contribuye con procesos robustos y sistemáticos de reducción de la pobreza que siempre involucren a las comunidades, familias y personas en un diálogo activo y participativo.

El trabajo que hemos desarrollado en las comunas más aisladas, vulnerables y empobrecidas del país, nos permite plantear hoy que proteger las dinámicas que se dan en los diversos territorios del país y resguardar los medios y modos de vida de las personas, constituyen el pilar fundamental sobre el cual basar un proceso efectivo de superación de pobreza y cohesión social. Para aportar en esta línea desarrollamos el programa Servicio País cuyos aprendizajes son recopilados, analizados y profundizados por nuestra área de estudios y propuestas de política pública. 

La superación de la pobreza debe entenderse como un proceso continuo y no estático que requiere adaptarse a nuevas realidades y desafíos, con políticas y acciones que respondan a las múltiples dimensiones del fenómeno; que exige respuestas flexibles y contextualizadas desde el Estado y el sector privado; y que incluya la actualización constante de sus mediciones para diseñar intervenciones más efectivas y justas.

Para superar la pobreza, la Fundación plantea que es fundamental promover estrategias de desarrollo local inclusivo basadas en el patrimonio biocultural de las comunidades, es decir en los activos sociales, económicos, culturales y ambientales presentes, con una participación real y activa de las personas que habitan esos territorios. Esto implica reconocer, activar y conectar los recursos y capacidades propios de cada comunidad, como el capital humano, social, cultural y natural, para construir soluciones sostenibles y contextualizadas.

Además, la Fundación destaca la importancia de generar empleos de calidad, con remuneraciones justas y protección social. También resalta la necesidad de fortalecer la integración social, recuperar la confianza y asegurar que las voces de quienes viven la pobreza sean incorporadas en las decisiones que afectan sus vidas.

Finalmente, la superación de la pobreza requiere un trabajo intersectorial y territorial, de colaboración público privada permanente, donde actores locales, instituciones y comunidades colaboren para diseñar e implementar políticas y programas efectivos que mejoren el bienestar integral de las personas.

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